La historia de la escuela de la comunidad Mbya de Iguazú que apadrina Soledad Fandiño

La comunidad mbya guaraní Ita Poty Miry, ubicada en el corazón de Puerto Iguazú, está pendiente de lo que pasa en la pantalla de Canal 13. Con especial atención a cuando salgan a la pista sus padrinos, que pueden cumplir el sueño de tener una escuela. Soledad Fandiño y Nicolás Villalba son quienes podrán llevar adelante el anhelo de lograr la construcción de la escuela para los niños de la aldea, aunque el sueño comenzó hace mucho tiempo.

La comunidad fue creada hace tres años. Actualmente está compuesta por 31 familias y tiene un aspecto típico guaraní. Es ordenada y cuenta con una sala de primeros auxilios, aunque falta la visita periódica de un médico, pues tiene sólo un auxiliar de salud que trabaja ad honorem.

Es la primera aldea de la zona que cuenta con un sector de cultivo comunitario donde se cosechan mandioca y maíz. Todos trabajan en conjunto para sacar adelante al asentamiento y además practican turismo comunitario con el servicio de avistaje de aves en el sector del lago. Gracias a esta última actividad, se compraron las chapas y maderas para las viviendas y para el aula satélite que funciona en el lugar.

El Concejo General de Educación aprobó la creación del aula satélite este año y los integrantes de la aldea construyeron un salón para las clases con tacuaras y paja, ya que anteriormente los niños tenían clases bajo los árboles, cuando el clima lo permitía. No obstante, todavía la escuela no tiene baños y cuando llueve muy fuerte los cuadernos que quedan en el aula se mojan, ya que tampoco cuentan con un armario cerrado para resguardar los materiales de la humedad.

Este precario salón de clases alberga a 38 alumnos que van desde los 4 a los 16 años, todos en el mismo espacio dividido únicamente por la posición de las mesas. Claudia, la maestra, dicta diferentes clases al mismo tiempo: los más pequeños aprenden a pintar en el fondo del salón, más adelante escribe las tareas a los alumnos de primero y segundo y, del otro lado del salón, en un pizarrón mayor pero dividido en dos partes, la docente enseña los conceptos a los grados superiores.

Esta situación conmovió a los alumnos de segundo año del ISFD Mariano Moreno de Apóstoles, que visitaron el aula satélite hace poco y consiguieron muchas donaciones, pero la docente Mercedes López fue por más y, con la autorización del cacique del asentamiento, inscribió a la comunidad en el programa Bailando por un sueño. “Nos inscribió sin muchas esperanzas”, explicó Daniel Estanislado Acosta, cacique de Ita Poty Miri.

“Pasó un tiempo y nos enteramos que nos eligieron. Para la comunidad es inédito, sobre todo si tenemos en cuenta que no miramos mucha tele y la verdad no conocíamos el programa, habíamos escuchado hablar de él y ahora tratamos de seguirlo”, indicó. El mes pasado, la producción del programa visitó la comunidad para conocer y para armar la historia del sueño y, si todo va bien, Soledad Fandiño y Nicolás Villalba visitarán el asentamiento después del baile aqua dance.

Respecto a la construcción de la escuela, Daniel aclaró que de todas maneras, mas allá de los resultados del programa, ellos continúan trabajando para mejorar las condiciones del aula satélite.