“Nacho” Recalde lleva trece años realizando intervenciones en el automovilismo misionero con fines solidarios. En uno de sus cumpleaños pidió donaciones para el Hogar Santa Teresita antes que regalos.
Las intervenciones de Luis “Nacho” Recalde en el automovilismo en pista misionero se hicieron una sana costumbre para quienes habitualmente forman parte de la actividad, generando respeto, admiración y muchas expectativas, porque lo suyo trasciende las pistas y llega a los más necesitados con donaciones que consigue en cada carrera a través de auspiciantes y colaboradores anónimos.
“Mi primer acción solidaria fue en el año 2003. Fui por un tema de vacunas al hospital Samic de Pediatría acá (Oberá) y me enteré que los chicos necesitaban suero. En ese momento un amigo me motivó para que empiece a pedir colaboración de suero. Al poco tiempo, como mi deseo era siempre competir con un auto de carrera, me fui al taller de la familia Ternowyk y les comenté del tema, les dije que quería correr para colaborar con el hospital. Ahí fue tomando forma la idea y así pude competir para juntar suero y jeringas para el hospital”, explicó “Nacho” Recalde en diálogo con Primer Edición.
La pasión de Recalde por el automovilismo viene desde hace mucho tiempo, “eso siempre existió”, afirmó. “Empecé movilizado por esto y tenía 44 años cuando debuté con un fitito”, recordó quien hace treinta años llegó de Posadas y se radicó en Oberá, “puse una fábrica de premoldeados y de alambre tejidos, a eso me dedico hasta el día de hoy”, sostuvo.
Desde aquella primera vez que debutó con esa impronta de correr y juntar elementos para el hospital Samic, pasaron cinco años en los que “se fueron sumando cosas, amigos, siempre colaborando con el hospital Samic, hasta que pasó algo que nos tocó y mucho: un amigo de muy escasos recursos, que nos plantaba pasto y traía plantas del monte, de un día para el otro desapareció, le perdimos el rastro y luego lo encontramos en muy mal estado. Ahí recurrí al Hogar Santa Teresita con mi familia y durante los últimos seis años, este amigo Rufino, vivió dignamente en el Hogar. Fue así que desde ese momento comencé a colaborar con el Hogar Santa Teresita”.
La familia, incondicional
Para “Nacho” Recalde el apoyo de su familia siempre fue clave, con orgullo aclara que “es la misma familia que me banca desde hace cuarenta años, estoy casado con Ada y tengo tres hijos varones: Gustavo, Alejandro y Marcelo; y cinco nietos: Rosario, Patricio, Alejo, Guadalupe y Octavio. A todos les inculco la necesidad de realizar algún tipo de acción solidaria, por más pequeña que sea siempre le sirve a alguien”.
Y sin pausas agregó que “hay que tener presente que quizás a la vuelta de la casa de cada uno hay gente que necesita. Gracias a Dios, nosotros como familia tenemos un techo, un pasar digno, entonces siempre les digo que hay que mirar y ayudar a la persona que necesita algo, no hace falta ir tan lejos o mirar tan lejos porque a veces el que está muy cerquita de uno está necesitando aunque más no sea un afecto, un saludo respetuoso, un trato cordial. En los pequeños gestos están las grandes obras y eso hay que tenerlo presente. No hace falta a veces algo tan pomposo para ayudar al que menos tiene”.
El “piloto solidario” reconoce que en los primeros tiempos costó que la gente, los comerciantes y hasta sus amigos colaboren. “Hoy con los años, la difusión que le dan, las nuevas tecnologías, se hizo más fácil. Además yo no recibo dinero, siempre son órdenes, artículos de limpieza o alimentos no perecederos que directamente llevamos al Hogar”.
Otra de las características de “Nacho” Recalde es que supo cultivar la amistad, “por suerte tengo muchos amigos y grupos formados que nos juntamos los miércoles, jueves y eso es por ahí no es tan bueno para la salud -risas-, pero la mente siempre está intacta y la intención es seguir fortaleciendo las que tengo y haciendo nuevas amistades”.
Cumple sin regalos
Una anécdota lo pinta a “Nacho” Recalde como lo que es, un tipo macanudo y dispuesto a compartir todo lo que tiene, al punto de resignar sus regalos de cumpleaños en su afán de ayudar a los que menos tienen. Con un poco de vergüenza y a pedido de este medio recordó que eso fue “hace tres años, el 15 de junio, cuando festejé mi cumpleaños acá en Oberá e invité a 160 amigos. En la tarjeta (de invitación) les puse que no se aceptaba regalos, sino que tenían que ingresar al salón con diez kilos de alimentos no perecederos o pañales. Esa noche había una orquesta, una cena bien y logramos reunir más de 650 kg de alimentos y una combi llena de pañales, todo para el Hogar Santa Teresita. A media noche se paró la música, vinieron las dos combis del Hogar, cargamos todas las cosas y se las llevaron. Es una forma de organizarse, una idea que si nos juntamos para festejar un cumpleaños, al menos treinta personas, que junten alimentos que se pueden donar porque sino te regalan billetera, vinos, whisky, y eso por ahí uno tiene o lo puede comprar. Algunos amigos ya lo están implementando”.
“Nacho” Recalde agradeció especialmente al piloto “Pipo” Durán “porque me presta el auto para las tres fechas absolutamente gratis, es un gesto que no tiene precio, y al Arenhardt Competición que me atiende el auto sin cargo”.
Además, rodantero
Como si esto fuera poco, “Nacho” Recalde también es “rodantero”, forma parte de un foro que se denomina rodanteando y que “está dedicado a las casas rodantes y motorhome, que son otras de mis pasiones. Paseamos bastante con esa modalidad y vamos a las carreras nacionales que nos quedan no más allá de 1.000 km. Cada dos años hacemos el encuentro nacional de rodanteros acá en Oberá y ahora tenemos previsto recibirlos el año que viene. Llegan unas ochenta a noventa casas rodantes de todo el país y los atendemos no sólo en Oberá sino que los llevamos a conocer toda la provincia, en especial las Cataratas”.