Simón construyó su casa de barro y quiere enseñar la técnica a otros

Simón Martínez es padre de familia. Oriundo de la provincia de Buenos Aires, tiene dos hijos pequeños y está casado con una mujer de nacionalidad española. De profesión artesano, viajó por muchos lugares del mundo, recorrió quince países en bicicleta y después de mucho andar optó por echar raíces en la ciudad de Puerto Iguazú.

Se define como un amante de la permacultura, un sistema sostenible que integra armónicamente la vivienda con el paisaje, ahorrando materiales, produciendo menos desechos y conservando los recursos naturales. En ese marco, decidió construir su hogar con barro, ya que es un elemento que abunda en la zona, además de que ofrece muchos beneficios. El inmueble no sólo es más económico, sino que también es térmico y ofrece condiciones óptimas y sanitarias para habitar.

Teniendo en cuenta las construcciones con barro que pudo contemplar a lo largo de sus viajes, se puso a investigar y descubrió que las técnicas de edificación con barro habían avanzado sobre todo en las terminaciones y, pese a no haber construido antes, comenzó a hacer su casa con sus propias manos.

“Antiguamente las casas de barro eran consideradas como símbolo de pobreza, pero hoy en el mundo, con todos los avances de las técnicas de construcción, ya no es así. Ahora hasta se encuentran hoteles hechos de barro y en Córdoba hay un ‘ecobarrio’ llamado Villa Sol, que recibe miles de turistas porque la gente busca experiencias, busca la sustentabilidad y lo que es amigable con el medioambiente, busca alejarse del estrés de las grandes ciudades”, indicó Simón Martínez a El Territorio.

Respecto a los costos de la construcción de la casa que mide seis por ocho metros, Martínez precisó que gastó aproximadamente 20.000 pesos en las bases de la casa, otros 15.000 en la estructura del techo y 1.800 pesos en el cerramiento que está realizado con pallets para darle la fortaleza y que luego fue rellenado con la mezcla de barrio y paja.

“Es una casa muy económica, gasté muy poco dinero ya que a los pallets algunos me los regalaron y otros pocos los compré, pero realmente me gustaría replicar estos conocimientos a mis vecinos que viven en condiciones muy precarias, sobre todo porque son casas térmicas y económicas”, resaltó entusiasmado y con ansias de enseñar a otros el procedimiento de construcción.

“Yo empecé con la iniciativa, pero tengo unos vecinos también artesanos que están construyendo una casa, con una mayor inversión ya que tiene piso de madera elevado pero con la misma técnica”, sostuvo. En la zona de las 2000 Hectáreas existe una fuerte tendencia a la construcción de más viviendas de barro. Inclusive el nuevo asentamiento guaraní Marangatu Poty analiza la posibilidad de hacer varias casas con la misma técnica para poder ofrecer al turista una opción más a visitar.