Cómo recibir a tus voluntarios en su primer día

manzana_EGeneralmente todo comienzo genera gran expectativa y entusiasmo, como nuestro primer día en la escuela cuando estamos deseando utilizar nuestros cuadernos y lápices nuevos, y por supuesto por hacer amigos nuevos. En el voluntariado, la realidad no debería ser un asunto distinto, los voluntarios están frente a un nuevo proyecto en el que sienten que sus habilidades y tiempo pueden ser realmente útiles para la sociedad.

Es en este momento en que están más entusiasmados y es nuestro deber y responsabilidad como organizaciones orientarlos a lo largo de su experiencia y ofrecerles la ayuda necesaria para entender y desempeñar lo mejor posible su labor. En términos generales el primer día de todo voluntario debe estar constituido por cuatro partes:

Primer día de voluntariado

– Introducción – Explícale a tus nuevos voluntarios los valores y objetivos de tu causa, cuál es tu misión y qué herramientas utilizan para la comunicación dentro y fuera de tu organización.

– Aclaración de expectativas – Deja claro cuáles son las expectativas que la organización tiene con respecto a su labor y esfuérzate por conocer las que el nuevo voluntario tiene en cuanto a su función y el papel de la organización.

– Integración – Realiza actividades que permitan que voluntarios y miembros de equipo se relacionen, intercambien puntos de vista, experiencias y empiecen a construir nuevos lazos de trabajo.

– Carta de compromiso – Aunque no existe un contrato de por medio en el voluntariado, deja por escrito los objetivos, el tiempo que se deberá utilizar en el desempeño de las tareas y las actividades que deberá realizar el voluntario así como los derechos/beneficios que este mismo tendrá al ser parte de la organización. El firmar algo aunque no se trate de un documento legal, sustenta la imagen de seriedad con el proyecto o actividad.

No debemos olvidar que este entusiasmo del que hablamos se debe alimentar a lo largo del tiempo, tiene que ser el motor de arranque de un camino constante donde la entrega, la responsabilidad y los resultados sean nuestras señales de tránsito. Nosotras las organizaciones, nos convertimos entonces en el acompañante de volante que estimula y acompaña el camino desde su comienzo. Es nuestro deber:

Mantener una comunicación abierta que permitirá que no se creen falsas expectativas o imaginarios mentales, que es lo que comúnmente desencadena la desilusión y falta de entusiasmo.
Tus voluntarios son también tu audiencia – si se tiene claro desde un comienzo que el voluntario es tan valioso y representativo como la comunidad con la que trabajaremos, pondremos sus objetivos y las razones que lo llevaron a elegir a tu organización en un primer plano. Se le tendrá en cuenta y se le mostrará el valor de su dedicación sin que sea una tarea más en la lista.
Brindar las herramientas necesarias para desempeñar la tarea establecida – no podemos pedir que algo se realice si no ofrecemos los medios, es nuestro deber hacerlo, así como ofrecer un ambiente sano y propicio para desarrollarse como persona y voluntario.

Fuente: Idealistas.org